"Me encanta el pingüino, es como si fuera mi propio hijo". "Se acuesta siempre a mi regazo y nadie más puede tocarlo, si otra persona lo toca, les pica".
Joao cuenta que cada día alimenta a Dindim con pescado para que pueda reponer fuerzas, luego siempre lo devuelve al mar, pero reconoce que "no se irá".
No ha faltado ningún año, Dindim ha sido un amigo fiel durante los últimos cuatro años Y cada año afirma Sousa, "se muestra más feliz de verme".
No hay comentarios:
Publicar un comentario